En una antigua carpintería de Montevideo, había un viejo tablón de madera que había sido olvidado durante años. El tablón estaba hecho de una madera noble, de color caoba, y tenía un hermoso veteado. Pero estaba viejo y desgastado, con marcas de clavos y agujeros.
Un día, un joven carpintero llamado Juan llegó a la carpintería. Juan era un artesano talentoso, y tenía un gran amor por la madera. Cuando vio el viejo tablón, se enamoró de él al instante.
Juan decidió restaurar el viejo tablón. Lo lijó con cuidado, para eliminar las marcas de clavos y agujeros. Luego, lo barnizó con un barniz de alta calidad, que le dio un brillo hermoso.
Cuando el viejo tablón estuvo restaurado, Juan lo colocó en un mostrador de la carpintería. El mostrador quedó espectacular, y los clientes quedaron encantados con él.
Juan estaba muy orgulloso de su trabajo. Sabía que el viejo tablón había vuelto a la vida, y que ahora tendría una nueva oportunidad de ser apreciado.
Un día, una mujer entró en la carpintería. La mujer estaba buscando un mostrador para su nueva cafetería. Cuando vio el mostrador de Juan, quedó enamorada de él.
La mujer compró el mostrador, y lo llevó a nuestro taller para darle un toque de distinción.
Incrustando semillas decorativas en las grietas y una cubierta de resina epoxi 100% transparente el mostrador quedó perfecto en la cafetería. Le dio un toque de elegancia y sofisticación.
El viejo tablón estaba feliz de tener una nueva vida. Estaba en un lugar donde era apreciado, y donde podía ser utilizado para hacer felices a los demás.
Juan siguió restaurando muebles antiguos, y siempre buscaba piezas con un gran potencial.
Sabía que, con un poco de amor y cuidado, cualquier mueble antiguo podía volver a la vida.
La historia continua...
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